Soy una chica cualquiera, en un mundo de locos. Eso me ha dicho ella. Pero no lo considero.

Soy una chica loca, en un mundo cualquiera. Hay cosas que me gustan, tales como levantarme tarde, zambullirme en el mar, sentir el sol al despertarme, las fresas, un buen abrazo, un dulce beso. Tumbarme en la playa y mirar las estrellas, sentir la brisa en un acantilado o el fuerte aire al montar en una moto, disfrutar leyendo un libro, o dormir junto a la persona a la que amo, sintiendo su cariño.

Pero hay otras cosas, como la inseguridad, la mentira, la desconfianza, que de vez en cuando, en esos días en los que me levanto con el pie izquierdo, borran esa sonrisa que tanto me gusta sentir en mi cara, borran esas buenas sensaciones, y me hacen escapar a un sitio donde solo yo pueda encontrarme, sentirme libre, tratar por todos los medios de renacer.