Tropiezas con la realidad, corres a por tu sueños.

viernes, 17 de junio de 2011

El tomate hace ¡plof!

Círculo infinito. Cual tonto camina formando una O. Una y otra vez, llegando siempre al mismo sitio. Línea que une principio y final. Línea roja que se ríe de la vida. Golpe tras golpe, marea tras marea. Y allí ese palo clavado al suelo, inmóvil, inerte, insensible, inerte. Playa desierta, playa cambiante. Ya es temporada alta y los veraneantes vienen a esta playa. Costa que rechaza habitantes, arenas que hacen daño a pies descalzos, sol que quema la piel. Y al igual que después del verano llega el invierno, en la playa después de grande olas, vuelven a subir las aguas coronadas de blanca espuma. Gritos silenciosos, lágrimas extranjeras que no desean salir, temblores controlados y vista cansada. La mesa puesta, las servilletas blancas, los vasos con agua. Luz tenue sobre platos vacíos. Palabras que hieren, heridas abiertas que sangran. Nervios que buscan revolución, romper con el círculo.Ciclo que hiere el corazón. Corazón malherido. Sangre que con dificultad circula por el cuerpo semi-inerte, manos que no paran quietas. Corazón, maldito corazón. Ya no quiero sentir, demasiado duro. Cansancio. Y  por dejarme vencer, las olas me llevan a la misma costa, a la misma playa de siempre. Paisaje que no me pertenece, que no quiero que sea mío. No me gusta lo que veo, por eso hoy me marcho.

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