Tropiezas con la realidad, corres a por tu sueños.

domingo, 10 de junio de 2012

Memento mori.

Se quedó mojándose bajo las nubes.
Noche oscura sin luna y gotas gordas chocándose con el suelo.
Calle desierta, vacía, cubierta por una cama de hojas.
Se quedó allí con los pies sucios y fríos.
Sujetaba las flores amarillas, amarillas y tristes.
El columpio chirriaba a lo lejos.
La música no sonaba ya más.
Su vestido se pegaba a su cuerpo
Sus cabellos eran casi agua.
Apareció esa figura que esperaba.
Su yo fuerte, ese que aún recuerda cómo moverse.
Ella, sin estar empapada.
Ella, con flores blancas y frescas.
La rescató del suicidio.
La salvó de la lluvia negra.
Se resguardaron ambas bajo el portal.
El impulso las unió.
Volvieron así a juntarse,
se unieron el cuerpo y el alma.
Continuaron viviendo su vida, esa vida en ruinas, en lucha continua.
Un momento de paz en el camino, un respiro.
Las risas fueron reales y ellas se volvieron arquitectas.
Recordando que solo ellas,
las dos sola podían reparar ese desorden.


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