Tropiezas con la realidad, corres a por tu sueños.

martes, 20 de marzo de 2012

Le llaman tiempo, lo llamo memoria.





Lo que dura la noche del 24 de junio,
el tiempo que tarda en derretirse un helado,
el tiempo que dura un abrazo, 
cuando la luna está arriba del todo
el sol no asoma por ninguna parte.
Tan largo como una canción inconclusa,
tan corto como el vestido de aquella tarde.
Los besos saben a mora, 
los cuerpos apestan a tequila.
Se repelen, se olvidan, se disgustan.
Tocando un cactus en la suavidad de una sábanas de seda.
Sintiendo espinas clavarse en cada poro de la piel.
Tan corto como la historia interminable,
largo como la visión de un desierto árido.

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