Está en un sitio nuevo, su nuevo apartamento. Bueno, no está mal. Es pequeñísimo, ella entre todas las cajas apenas tiene espacio para caminar. El apartamento venía anunciado así:
PISO EN EL CENTRO, 35 m2, ASOMBROSAS VISTAS, UNA HABITACIÓN, UN BAÑO, COCINA EQUIPADA, PEQUEÑA TERRAZA, BUEN ACONDICIONAMIENTO. INTERESADOS LLAMEN AL 6..........
En efecto el piso tiene 35m2, una habitación, un baño, una cocina con tostadora y una terraza donde puede poner su bicicleta de pie. El edificio es antiguo, un bonito portal, puertas grandísimas, unas escaleras infinitas, no hay ascensor. Su piso está en el ático, hará piernas y brazos al subir y bajar con la bici a cuestas, menos mal que pidió una plegable. Será un piso acogedor, será su casa. Mira por la ventanas, que son tres. Una da al edificio de enfrente, otra da la calle más bonita de su ciudad y la tercera al patio de vecinos. Busca una lavadora, no la encuentra; busca un lavavajillas, no hay. Al menos tiene agua caliente!
Ahora mismo lleva el pijama, su primera noche en casa, abre las ventanas, mira las cajas. Cuánto trabajo por delante. Coge la que pone FRÁGIL. Oh, están ahí todos sus discos , sus altavoces y su equipo de música. Es lo primero que pone. Enchufa todo, busca el CD indicado y al son de su canción favorita empieza a deshacer las cajas para empezar su nueva vida. Su primera noche en vela, va bajando el volumen según aumentan las horas, ahora ya tiene televisión, cama, lámpara, libros en el suelo, una maleta deshecha, ropa en el armario, comida en la nevera, una mesa, una silla, un cuadro que le regalaron colgado, la planta que le dio su abuela, algunas fotos en un corcho, su colección de revista. Es más que suficiente, está feliz, está muerta de cansancio y emoción. Se queda dormida en el suelo, la música continúa. Su primer amanecer en aquel sitio ya no desconocido fue al son de Lennon, que afortunada es!
-Analía.
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