Buenos días, ¿hola?
Me acabo de levantar y no sé qué hacer. Por los resquicios libres que deja la persiana entran los rayos de sol de mediodía. Qué ricos.
No me tapo la cara, que me lleguen y me aclaren las mil y una ideas que rondan mi cabecita loca.
Son como las mil y una noches, cada una es una historia única.
Sin final. No he terminado ninguna, y tampoco quiero.
Voy a por helado. Vuelvo a la cama.
Ahora florecen las preocupaciones.
¿Y si..? No sé, no adelantemos acontecimientos...Quizá...Quizá se está divirtiendo demasiado, y mejor que mejor.
Pero oye, yo también existo.
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